Bueno… no podía dejar de subir una segunda parte de mis últimas 24 horas… Tranquilos, no hemos quemado nada. De momento.
Nada, esto más light, menos amazing. Yatusabeh. Además de enseñarles a cantar bien la canción de la cucaracha (no podría perdonarme que siguieran destrozando una canción tan, tan…eh…mmm…amazing?), hemos intercambiado conocimientos profundos. Profundos y muy antiguos. Vamos, que les he enseñado a decir jop… y cab… Pero por su bien eh, que luego vienen a España y no saben qué decir.
Y eso cara queso. Ayer en un descanso de nuestras interminables conversaciones (ellas hablan, yo sonrío, asiento. Que no mamá, que también hablo. Estoy practicando my english so much) me bajé a lavar la ropa. Aquí funcionan con una simple tarjetita, ¿vale? Es como la de la villavesa. Metes dinero y te sablan en cada viaje. Pues aquí igual pero con detergente y kilos de ropa. A lo que iba. Hay un expendedor precioso, amazing. Pone claramente: NO DA CAMBIO. 5 pounds, one card.
Ahí es donde entro yo: meto diez libras y me dedico a darle cacharrazos porque no me devuelve cambio. No pasa nada. Ya tengo dos tarjetas de la lavandería. Amazing.
Pues eso, primer paso superado. Segundo paso: elegir una de las cinco lavadoras. Dos tienen bolsas encima, en otra hay un chico sacando su ropa, doy por hecho que están ocupadas. Elijo una de las dos siguientes. ¿Cómo funcionan?
1. Meter la ropa
2. Echar jabón
3. Introducir la tarjeta y elegir programa.
¿Sencillo, verdad?
Vale, pues yo eché jabón, introduje la tarjeta y tatatachán! Mi ropa todavía estaba fuera, pero la lavadora empezó a funcionar. Imaginaros la cara del chaval cuando me vio jurar en el amplio abanico de posibilidades que tiene nuestro amado y amazing castellano. Sin más dilación me puse en la lavadora de al lado. Esta vez SÍ que leí las instrucciones (es verdad mamá, he aprendido a leer en inglés). Perdí los 2.20 pounds del lavado pero NO PASA NADA. LO IMPORTANTE ES PARTICIPAR.
Bueno, se me olvidó que los tapones de los detergentes tienen medidas y eché jabón como para tres lavadoras. Prometido. No sé qué me pasa últimamente que no me entero de nada. Fucking life. En fin, una vez puesta la lavadora y jugándome el tipo y mis pantalones (o jeans que dicen por aquí), elegí un programa cualquiera y le dí a START. Menos mal que luego, al preguntarle a mi mamá, me dijo que era el programa correcto (podría haberle preguntado qué programa poner antes de enchufar la lavadora, pero así no es amazing).
Vale, ¿os acordáis de esa lavadora que había puesto «sin ropa»? Pues sí que tenía ropa… La de otra chica. Vamos, que le re-lavé la ropa. Soy un amor.
Volviendo a las tarjetas de la lavandería. He vendido una de ellas. Sí, muy cuqui todo. Sí, sí. Todo era muy cuqui hasta que esta mañana he ido a imprimir la práctica de radio. Aquí en vez de introducir la tarjeta monedero para imprimir, pasas el carné de estudiante por un detector extraño pero amazing. Así te identificas y te cobran luego las fotocopias en la cuenta. Todo muy amazing, sí.
Así que nada, he tenido que preguntar cómo iba la fucking pero amazing máquina. Tengo excusa, en esta casa no hay café y me cuesta despertarme. Así las cosas, se lo he preguntado a una pobre chica. Creo que en su casa tampoco hay café porque la pobrecica tampoco se enteraba de nada. Bueno, al final hemos encontrado el detector. PERO MI TARJETA NO IBA!!!!!!!!
Ni ella ni yo sabíamos por qué. Diez minutos después, cuando ya me iba jurando en amazing castellano he descubierto el porqué.
AMIGOS, NUNCA INTENTÉIS UTILIZAR LA TARJETA DE LA LAVANDERÍA PARA IMPRIMIR. NO FUNCIONA!!!!!!!!
[Juro solemnemente que aunque parezca imposible que a una sola chica le pase todo esto en menos de 24 horas, es cierto].
Os dejo mi primera foto con las compañeras de piso. Estaba enseñándoles la música pachanguera después de atiborrarnos a comida china. Como debe ser.
PD: HE CONSEGUIDO IMPRIMIR.
See you soon,
Amaia