La Bego y yo salimos corriendo hacia la calle, escaleras abajo, con el pijama, las zapatillas de casa, una niña de seis años y descalza en brazos, dos primos pisando los talones y una perra que no paraba de ladrar. Aún así, no vimos al Olentzero. Bueno, la Bego y yo, no. La niña pequeña … Sigue leyendo Bego, ¡ha venido el Olentzero!